Comúnmente se piensa en el seguro como un “mal necesario”. Los seguros inclusive son obligatorios para algunos trámites como por ejemplo los seguros de auto, incendio y vida que exigen los bancos y otras entidades financieras, para proteger los bienes y créditos en casos por ejemplo de los préstamos hipotecarios, de automóvil y comerciales. El seguro de daños a terceros de auto, también es necesario y es requisito legal para poder tramitar la placa todos los años y poder circular sin ser objeto de multa.
Estas pólizas obligatorias pueden hacernos sentir que tenemos suficiente seguro, que ya no hay más presupuesto para este rubro, quedando por fuera algunas pólizas que no deben faltar en tu portafolio, pero que son de adquisición voluntaria. En mi opinión, son dos los realmente imprescindibles:
La primera póliza o cobertura y definitivamente la más importante es la de salud. Una enfermedad grave puede causar lesiones financieras y psicológicas importantes en la persona enferma y su familia. Por más saludable que te sientas, por más que te cuides de padecimientos serios, el riesgo de que surjan imprevistamente, no deja de existir. Contratar una póliza de salud significa comprar protección para esas lesiones, proteger a tu familia y tus finanzas. Además, este seguro promueve la detección y manejo de condiciones con las que se puedan vivir, por más tiempo y calidad. Esto es un apoyo invaluable para esos momentos de estrés y preocupación.
En el puesto número dos está el seguro de responsabilidad civil. Esta es la responsabilidad que tenemos, cuando hacemos daño a otro, ya sea a su persona (lesiones) o a su propiedad. Por ley, esta responsabilidad, si se comprueba, nos obliga a pagar o resarcir a ese afectado, por los gastos y pérdidas que correspondan. Todos los días, en todas nuestras actividades, está el riesgo de afectar a un tercero. Ejemplos de riesgos normalmente cubiertos bajo la póliza de responsabilidad civil:
A. Se rompe una tubería en tu apartamento y se filtra el agua al piso inferior o a los elevadores.
B. Tu mascota hiere o causa la muerte a alguien.
C. Jugando golf, la bola se va sin intención en otra dirección y le pega en la cabeza a alguien.
Así mismo, hay otros seguros que puedes agregar a tu portafolio, que son de adquisición voluntaria, que agregan valor y protección a tu patrimonio y bienes, logrando más tranquilidad y paz mental en tu vida. Estos se los estaré presentando en otros blogs.